viernes, 30 de septiembre de 2016

La soledad en America Latina

Memoria del dolor
 

Escribir sobre sobre la realidad de América Latina, es preguntarse como narrar horror, como evidenciar  la suspensión de la condición humana, reflejado  en el aniquilamiento de innumerables hombres convertidos en cosas, pero el cual se ha naturalizado de tal manera que el  asesinato de un hombre es susceptible de ser vivido como un acto de la vida cotidiana, “ 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970 ejemplos como este, abundan en las  historias de vida de nuestra población en donde la neutralidad de la muerte es un ideal de profecías de autocumplimiento, que con el tiempo lo único que han logrado,  es normalizar  la muerte, asignarle una culpabilidad al cadáver y seguir reforzando el presupuesto de la distancia.
Es por ello que la guerra como experiencia configura y desconfigura sentidos de vida, revela la pérdida del sentido ético, la ausencia de la totalidad del decir humano;  donde expresiones del dolor se hacen evidentes, por un lado están quienes se relacionan con esta experiencia como en el caso Colombiano “territorio de estado generalizado del silencio, ya que silenciar es una estrategia militar, y el silencio una táctica de supervivencia” (castillejo, 2000) y por el otro construcciones sociales a través del olvido que buscan saldar cuentas con su propio recuerdo.
Sin embargo, esta realidad social no recae en personas, sino que se fundamenta en la discriminación socio-racial como herramienta de un sistema de comunicación e información hegemónico que es naturalizado; Europa- America, Primer mundo – Tercer mundo- en donde se naturaliza la exclusión, la esclavitud, la diferencia y por ende se da la suspensión la condición humana. “Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos”
Donde los testimonios  sirven para romper ciertas concepciones arraigadas en el sentido común y mirar de manera diferente  lo acontecido, permitiendo establecer la relación del testimonio con el momento de realización simbólica y los modos de construcción de la memoria.

García Márquez nos abre una posibilidad a crear identidad, a través de la poesía que permite reconfigurar sentidos, brindarnos la esperanza de construir un mundo utópico pero contrario a la realidad, que aunque ha sido quien ha dado cabida a innumerables expresiones literarias es la única que nos brinda la oportunidad de  salvarnos de estar condenados a cien años de soledad, abrir las puertas a la soledad de America Latina. 

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